Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia en particular, encargada de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una.
Son el instrumento oficial y principal de todas las Iglesias para la cooperación misionera. "Entre todas las obras de asistencia intereclesial, las OMP deben ocupar siempre el primer puesto por dos razones: en primer lugar, porque se dirigen a todos los bautizados, a todas las comunidades cristianas y se preocupan de las necesidades de todas las Iglesias de misión: son el seno de la Iglesia, la expresión del sentido católico y de la comunión universal; en segundo lugar, porque las OMP tienen la finalidad de cooperar al anuncio del mensaje evangélico, que es el deber prioritario de la Iglesia" (Est. OMP Cap I N° 8b)
Nacidas de particulares iniciativas carismáticas, las OMP se han desarrollado con el apoyo de la Santa Sede que, seguidamente, las hizo organizaciones pontificias para asegurarles mayor eficacia y un carácter universal.
Las Obras Misionales Pontificias (OMP) tienen, principalmente 2 finalidades
A.- Animación Misionera
B.- Cooperación Misionera
No tendría sentido predicar hoy sobre las obras de misericordia sin tener en cuenta la Canonización en Roma, esta mañana, de la Beata Madre Teresa de Calcuta. Nos toca “dar posada al peregrino y vestir al desnudo”. Vamos a comenzar teniendo en cuenta que la Virgen Santísima fue la primera que dio posada a Cristo, justo nueve meses antes que sus familiares de Belén no quisieran hacerlo”
Todos los Salvadoreños agradecemos a Dios, al Papa Francisco y la intersecion de nuestro Beato Mons. Romero por nombramiento de Mons. Gregorio Rosa Chavez como Primer Cardenal Salvadoreño
El Obispo Auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, ha sido designado por el Papa Francisco, como uno de los cinco nuevos cardenales de la Iglesia Católica.
Fundada en Lyón, Francia, en 1822, por María Paulina Jaricot
Tiene como finalidades principales:
Trabaja con:
Juventud Misionera (JUMI)
Grupos Misioneros
Familia Misionera (FAM)
Unión de Enfermos Misioneros (UEM)
Cooperación Misionera
Revistas y Publicaciones misioneras
Fundada en Caen, Francia, en 1889, por Estefanía y Juana Bigard
Tiene como finalidades principales:
Fundada en Francia, en 1843, por Monseñor Forbin Janson
Tiene como finalidades principales:
Fundada en Italia, en 1916, por el P. Pablo Manna
Tiene como finalidades principales:
En el 40º Aniversario del Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Ad Gentes, y celebrando el 15º Aniversario de la Carta Encíclica Redemptoris Missio del Sumo Pontífice Juan Pablo II sobre la permanente validez del mandato misionero, es para mí un grato deber presentar los Estatuto de las Obras Misionales Pontificias:
Tras la aprobación definitiva de los Estatutos de las Obras Misionales Pontificias (OMP), realizada por Su Santidad Juan Pablo II el 26 de junio de 1980, la siguiente puesta al día, que debería realizarse “cada cinco años”, se ha demorado cinco lustros.
En este periodo, secundando las disposiciones del Sumo Pontífice, se realizaron diversos estudios por parte de expertos de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CEP) y se organizaron trabajos de algunas comisiones de misionólogos y de Directores Nacionales de las OMP.
Fueron varios los factores que contribuyeron a alargar este periodo de puesta al día: el nuevo Código de Derecho Canónico (25 de enero de 1983); la Carta Encíclica Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990); la publicación de la Instrucción de la CEP Cooperatio Missionalis (1 de octubre de 1998), que ofrecía nuevas estructuras de trabajo; los acelerados cambios de las condiciones socio-políticas y religiosas en los Territorios de Misión, así como la directa implicación de las Iglesias y el laicado en el campo misionero.
En este nuevo contexto, en permanente renovación, las OMP han visto reafirmada su posición en la Iglesia según las disposiciones del Concilio Vaticano II: «Estas Obras deben ocupar con todo derecho el primer lugar...” (AG 38), mantener la fe en el propio carisma de animación y cooperación misionera en todos los ámbitos y condiciones eclesiales: “La consigna ha de ser ésta: todas las Iglesias para la conversión de todo el mundo” (RM 84). “Por ser del Papa y del Colegio Episcopal [...], estas Obras dependen, en el ejercicio de sus actividades, de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en el ámbito universal, y de las Conferencias Episcopales y de los Obispos de cada Iglesia particular en el ámbito local, colaborando con los centros de animación existentes: ellas llevan al mundo católico el espíritu de universalidad y de servicio a la misión, sin el cual no existe auténtica cooperación” (RM 84).
Era por ello un deber prioritario concluir la redacción de este Estatuto: una tarea que ha durado tres años y ha conocido el arduo trabajo de los Directores Nacionales en dos Asambleas Generales Anuales (2003; 2004), así como la colaboración de Obispos y Directores Nacionales en representación de los cinco Continentes en otras tantas Asambleas especiales. Debido a la extensión final del documento, ha parecido mejor estructurarlo en dos partes: I Historia y Doctrina; II Normas.
Tras un detenido examen y la aprobación por parte de la Plenaria de los Eminentísimos y Excelentísimos Miembros de la CEP, el texto del Estatuto, en cumplimiento del deseo de Su Santidad Juan Pablo II, ha sido firmado por mí con ocasión de la Asamblea Anual de las OMP, que excepcionalmente tuvo lugar en Lyon con ocasión de la reapertura de la renovada Casa de Pauline Marie Jaricot, el 6 de mayo de 2005.
Que estas normas puestas al día contribuyan a dar un nuevo impulso a cuantos trabajan, con especial dedicación, a la animación y a la cooperación misionera en la Iglesia.
Este Estatuto entrará en vigor el 26 de junio de 2005, 25º Aniversario de su aprobación definitiva por el Papa Juan Pablo II.
Sede de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, 2 junio de 2005
Año I del Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI.
Cardenal Crescenzio Sepe
Prefecto
Henryk Hoser SAC
Secretario Adjunto
Presidente Obras Misionales Pontificias
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE MISIONES DE EL SALVADOR
NOMBRE |
CARGO |
TEFEFONO |
CORREO ELECTRONICO |
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CARGOS NACIONALES |
||||
Pbro. Estefan Turcios Carpaño |
DIRECTOR NACIONAL DE OMP |
2227-8023 / 2278-3936 / 7746-5564 |
omp@elsalvadormisionero.org |
|
Pbro. Cristobal Zabala |
SECRETARIO NACIONAL DE IAM |
2440 2346 / 7927 8898 |
cristobal_zavala@hotmail.com |
|
Pbro. Héctor Bernabé Alas |
SECRETARIO NACIONAL DE JUMI |
2330-3020/ 7737-8626 |
||
Pbro. Ricardo Cuestas | SECRETARIO NACIONAL DE UEM | 2451-0607 / 7849-6536 | doncuestas@yahoo.com | |
DIOCESIS DE SANTA ANA |
||||
Pbro. Reino de los Ángeles Moran |
DIRECTOR DIOCESANO |
2447-4872/ 7786-3351 |
||
Pbro. Cristóbal Zavala |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM |
7878-7121 |
cristoval_zavala@hotmail.com |
|
Pbro. Alvaro Alexander Molina |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA JUMI |
7730-5869 |
||
DIOCESIS DE SONSONATE |
||||
Pbro. Ricardo Enrique Cuestas Dueñas |
DIRECTOR DIOCESANO |
2451-0607 / 7849- 6536 |
||
Pbro. Luis Guillermo Marroquín | SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM | 2451 0607 / 7095 5685 | alouisiuswi@hotmail.com | |
Pbro. Samuel Francisco Murcia |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA JUMI |
2451-0607 / 7162-4578 |
||
ARQUIDIOCESIS DE SAN SALVADOR |
||||
Pbro. Estefan Turcios |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP |
2271-1446 / 2227- 8023 |
||
Pbro. Manuel Cardona |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM |
2278-0979 |
||
Pbro. Jorge Sánchez |
SECRETARIO DIOCESANO DE JUMI |
2513- 6575 / 7233- 0385 |
||
DIOCESIS DE CHALATENANGO |
||||
Pbro. Francisco Gutierrez |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP |
2306-7938 / 7885-4552 |
||
Pbro. Jesús Zamarron |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM |
2332 0910 / 7683 3928 |
jesuszamarron75@hotmail.com |
|
Pbro. Francisco Portillo |
SECRETARIO DIOCESANO DE JUMI |
2356- 9261 |
|
|
DIOCESIS DE ZACATECOLUCA |
||||
Pbro. Carlos Alfonso Torres |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP |
2362-4140/ 7894-5011 |
|
|
Diacono Hector Cruz |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM |
2330-2013 / 7453-2815 |
hectorcruzelsalvador@hotmail.com |
|
Pbro. Cristiam Pineda Guarita |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA JUMI |
2330-3020 / 7901-6352 |
guaomares@hotmail.com |
|
Hna. Odalis Garcia |
SECRETARIA DIOCESANA DE LA UEM |
2398-4642 / 7658-1213 |
odalismz@hotmail.com |
|
DIOCESIS DE SAN VICENTE |
||||
Pbro. Salvador Acevedo |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP- PUM |
2386 3013 / 7539 4896 |
||
Pbro. Inocencio Alvares |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA JUMI |
2382-3062 /7937-2312 |
||
Pbro. Carlos Sosa |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA UEM |
2389-1119 |
|
|
DIOCESIS DE SANTIAGO DE MARIA |
||||
Pbro. Nilton Ademir García |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP |
7238-7700 |
||
Pbro. Francisco Antonio Andrade |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA JUMI |
2656-2502 / 7586-9584 |
||
Pbro. José Neftalí Orellana |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA UEM |
7223-5917 |
||
DIOCESIS DE SAN MIGUEL |
||||
Pbro. Oscar A. Martínez |
DIRECTOR DIOCESANO DE OMP |
7534-0010 |
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Pbro. José Andrés Díaz Medrano |
SECRETARIO DIOCESANO DE LA IAM |
7261 2258 |
jadiaz21@hotmail.com |
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Marta Isabel Claros |
OFICINA NACIONAL DE OMP Calle L4, polg. C #42 col. Jardines de Cuscatlán, ciudad Merliot, la libertad, El Salvador. Apartado postal 1310 |
2278-3936 / 7617-3711 Correo personal: marthitaclaros@gmail.com |
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René y yo, venimos llegando de una gira por los cantones llamados Nueva Esperanza, Lawas 1, Lawas 2, Wasmaluz y Waslalita. Son otras comunidades de acceso difícil, ubicadas en otra de las zonas montañosas de la parroquia. Algunas de ellas están ya dentro de la reserva ecológica de Nicaragua.
Caminar cuatro o cinco horas a pie o a caballo ya no es nada nuevo para nosotros. La semana pasada el Padre Roberto realizó otra gira de una semana, por Kukalaya, Los Lajones, Bolivia, San Rafael Central y San Rafael Dos Bocas, haciendo un recorrido de unos 100 kilómetros a la redonda. Por nuestra parte, nosotros comenzamos la gira, el lunes a las 6.30 de la mañana. Salimos de Bonanza llevando la cuenta de las tormentas que aguantábamos: la cantidad, la intensidad y la duración; pero después de siete y ocho lluvias, unas torrenciales… otras suaves, ésta de una hora y la otra de 20 minutos... ya no nos interesaban esos detalles.
Los caminos son charcos lisos, que hacen entender que caminar no es solo dar un paso después del otro, sino dar un paso, despegar el pie del lodo y dar el siguiente paso para poder avanzar.
Por mucho que nos esforzamos, a ninguna comunidad pudimos llegar a la hora indicada en el programa de visitas. Subíamos y bajábamos los cerros, atravesábamos el mismo o distintos ríos; caminábamos debajo de ceibas, robles, laureles, cóbanos, mangalarga, tamarindos, tabacones, guayaba-tigre; seguíamos por en medio de potreros, maizales, yucales, arrozales y árboles quemados. Reímos, bromeamos, cantamos, dialogamos, guardamos silencio y… finalmente ahí está “la gente” esperando la llegada del sacerdote, todos con vestido de fiesta. Los hombres en las piedras o en los troncos, las mujeres en la cocina o en el río más cerca lavándose los pies, los niños en la iglesia, en la escuela o parados en algún lugar.
El coro, el presidente de la directiva y el delegado de la Palabra, salen a recibirnos con cantos, sonrisas y abrazos… entramos a la iglesia, hacemos la oración con todos (como se acostumbra en estas tierras de misión) saludamos al pueblo, explicamos cómo será el programa de trabajo, tomamos un poco de agua que nos ofrecen las “amas de casa” y salimos a limpiarnos las botas o a bañarnos al río.
Normalmente en cada cantón comenzamos con el rezo del Santo Rosario y alguna motivación mientras el sacerdote confiesa y se revisan todos los papeles de los que recibirán sacramentos. Después se celebra la Eucaristía. Posteriormente, como a las tres de la tarde viene el almuerzo y se hace la reunión con los líderes de la comunidad (delegados, catequistas, directiva, músicos, lectores, encargado de jóvenes, cantadoras y amas de casa). Por la noche se hace una oración con los que quedan acompañando al misionero o se hace una vigilia.
Cuando estábamos en Lawas 2, llegó una representación de hombres y mujeres de un caserío que está a dos horas de distancia, para pedirnos que si por favor nosotros, desde Bonanza, les visitábamos y atendíamos pastoralmente, aunque sea una vez al año. No les pudimos dar una respuesta inmediata, pues primero tenemos que hablar con el párroco de la zona, que ya tiene 150 cantones que visitar.
Una de las comunidades que visitamos es San José Wasmaluz. Es la primera vez que la visitaba un sacerdote y acaban de terminar la iglesita de madera. Son cinco horas de camino desde donde estábamos ubicados. El vaqueano (el guia) no pudo atravesar el rio Ulí con las bestias y por lo tanto nos toca caminar con todas las maletas. Atravesamos los ríos Lawas, Kali, Waslalita y El Toro. Aunque el camino es en medio del bosque y con mucha sombra, nos sentíamos extremadamente fatigados. Ya casi para llegar a la capilla nos esperaba la subida a un cerro. Después de 25 minutos subiendo muy sudorosos, se oye la voz de un joven que, unos 10 metros adelante de mi, dice “quiere montarse?”. Y yo le respondo inmediatamente que sí y, empujado por mi instinto de supervivencia o superviveza, corro, con mi último aliento, a apoderarme del estribo… sin darme cuenta que la pregunta era para René, el seminarista que me acompañaba…
Cuando íbamos montados, en todo el camino oíamos a los vaqueanos que gritaban: ¡Jeeeyaa mula!, ¡gíñela!, ¡a la derecha! ¡levántese!... este último grito no sabíamos si era para la mula o para nosotros que muchas veces estuvimos a punto de comer lodo.
La gente de Wasmaluz estaba de fiesta. Había matado un novillo para dar de comer a todos. Se habían reunido todas las 30 familias que componen la comunidad. Habían preparado 11 niños para bautizar y un matrimonio. Habían llegado los músicos de la comunidad mas cercana (4 horas de camino). La capilla esta construida en un pequeño llano, en medio de espesa montaña, junto al Rio Ulí.
La gente es extremadamente pobre, sus casas son de madera, no tiene escuela ni promotor de salud, y encima de eso tienen miedo de ser desalojados de sus tierras pues están ocupando la zona del bosque… No son los únicos. La mitad de las comunidades rurales de Bonanza tienen el mismo temor…
La gente de Nicaragua es muy agradable al hablar, sus expresiones son muy pintorescas, sonoras y con un lenguaje figurado y poético. Los músicos de esta zona donde trabajamos ya tienen en su sangre el ritmo guapango. La gente canta con facilidad en ese ritmo y cantan con viva voz y entusiasmo.
Aquí en la costa existe la costumbre de usar libro de cantos en las misas. Aunque no lo usa la mayoría, por el costo económico y porque muchos no saben leer, pero no es extraño para ellos que antes de cada canto el líder del coro dice el número de página, para que todos canten.
Lástima que ninguno de nosotros tres es bueno para la música. Pero aún así, todos destemplados y sin saber nada de guitarras, tenemos reuniones con los músicos y los miembros del coro para dar las orientaciones necesarias. Y ellos acuden, aunque tengan que caminar 7 horas a pie.
En la mayoría de las comunidades rurales, cuando llega el sacerdote salen a encontrarlo a la entrada del terreno de la iglesia con cantos. En muchas comunidades, como también sucede en nuestro país, tienen costumbre de componer cantos en ocasiones especiales. La semana pasada, al visitar una de esas comunidades nos cantaron un corrido que han compuesto para los misioneros salvadoreños. No sé en donde se inspiraron, pero suena bonito. Aquí se los mandamos para los que puedan escucharlo.
Cuando venga un sacerdote con cualidades para el canto y la música será algo que impulsara enormemente la pastoral en esta parroquia.
P. Edgardo Antonio Rodríguez
Sacerdote Misionero Salvadoreño MAS TESTIMONIOS